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LA NOCHE QUE ME VI MORIR
Marzo de 2020. El día 14 se impone el estado de alarma a nivel nacional. El día 16 mi cuerpo, que lleva desde noviembre de 2019 dando señales de que algo no va bien en él, deja de admitir alimento alguno. Empiezo a morirme. Nadie me atiende. La covid paraliza todo, incluso las pruebas médicas. Por suerte para mí, no anularon la prueba que me salvó la vida y, gracias a la cual, pudieron darme un diagnóstico y tratamiento que arrojó algo de esperanza a mi vida y a la vez la cambió: tenía un linfoma agresivo. Tenía cáncer. Esta es una historia de miedo, sufrimiento, dolor, también de ganas de vivir y, ante todo, es una historia sincera sobre cómo sobrellevé y viví el antes, el durante y el después del linfoma. Una historia de vida. La vida que tengo el privilegio de seguir disfrutando. ¿Me acompañas?