«Te amaré hasta que se muera la última flor del invierno». Nuestro corazón nunca es el mismo cuando perdemos a un amigo: los recuerdos se convierten en reliquias y el amor está obligado a transformarse. Debemos comprender que el amor no muere, sino que es distinto. Este poemario es una carta para no olvidar, un diario en el duelo que es testigo de la huella que deja el amor más sincero. La última flor del invierno es una declaración de amor dedicada a Luna, la fiel amiga y compañera de vida del autor durante una década. El verso es capaz de convertir la tristeza en un recuerdo bello, de convertir las lágrimas en sonrisas. Con el corazón desgarrado, Antonio Cánovas Pinto publica su tercer poemario, una obra dedicada a la lealtad, a la amistad y al amor.