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LAS CICATRICES DEL TIEMPO
Siempre, cualquier libro que se precie, acostumbra a empezar su aventura de mensajes con un prólogo. En mi caso, se me antoja, cuando menos comprometedor. Hasta podría, quizás, esconder inconscientemente ciertos matices de altivez. Nada más lejos de mi intención que intentar embaucarte con mensajes de colores y frases de neón...