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LAS TRAMPAS DE LA FE
… y es que la teo-logía, pretensa ciencia, muletilla del quimérico arcano religioso, monserga teosófica manipuladora, podría ser el mejor placebo mental de todas las triacas, indiscutible inspiradora de cualquier retórica acomodaticia, y edificada sobre el más dudoso, desconocido e indemostrable de los postulados: Dios, imaginario personaje capaz de las más fantásticas aventuras, mentales o corpóreas, reales y trasoñadas. La teología es, pues, una seudociencia sin método ni fundamento, una sofistería dialéctica urdida para justificar la añagaza irracional de la fe, y otorgar patético disfraz de racionalidad a la irracionalidad de la doctrina, compuesta de dogmas de imposible argumentación lógica, y mucho menos científica: un edificio ideológico exento de base de sustentación que se derrumba al primer soplo purificador del cierzo de la mañana en el despertar del entendimiento, un patético camelo o fraude del espíritu, una oculta conspiración contra la verdad constatable y contra la inteligencia para aturdir a las mentes simples o dispuestas a ser engatusadas por la retórica de púlpito como solución de relleno de sus carencias mentales y espirituales; la panacea del enfermo de hipocondría sobrenatural creada para manipular la ignorancia o la ceguera intelectual, un juego de palabras o prestidigitación de chistera capaz de hacer aparecer de la nada las palomas y conejos de la fantasiosa superstición; un engañabobos revestido de vana erudición evangélica, propia de una tiranía doctrinaria muy poco respetuosa con los súbditos/siervos de la secta, un lujo innecesario inventado para ultraconvencer…