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LO BUENO DE SER BUENO
Existe un gran potencial sin explotar incluso en la más insignificante de las buenas acciones. Un buen propósito puede tener un efecto multiplicador lo bastante intenso como para hacer cambiar el mundo. Pero ser amable y comportarse con humanidad no significa sacrificar lo que uno desea para complacer a los demás. Las autoras de Lo bueno de ser bueno han podido experimentar el extraordinario poder de la amabilidad en sus negocios y en sus vidas personales. Escribieron este libro porque estaban totalmente en desacuerdo con los dichos tradicionales que afirman que “las personas amables siempre acaban siendo las más perjudicadas”. La cultura occidental propaga el mito del darwinismo social de “la supervivencia del más fuerte” y la filosofía del “yo contra todos los demás”.
Kaplan y Koval transformaron en menos de una década The Kaplan Thaler Group en una gran empresa dentro del mundo de la publicidad con una facturación de más de mil millones de dólares, convirtiéndola en una de las agencias con un crecimiento más rápido de Estados Unidos. Su éxito no fue el resultado del miedo o la intimidación, sino de las sonrisas y los cumplidos.Pero la amabilidad tiene un problema de imagen. No consigue ningún respeto. Cuando alguien es etiquetado de “amable” y “bueno” significa, normalmente, que los demás no ven ningún otro aspecto positivo en él. Ser bondadoso y cordial es ser considerado una persona pasiva, débil de carácter y con poca ambición.Sin embargo, ser cordial no significa sonreír insulsamente mientras los demás te van pasando por encima sin ninguna consideración. No significa que tengas que dejarte pisotear. Es avanzar con la clarividente confianza que se tiene cuando se sabe que poniendo las necesidades de los demás a la misma altura que las nuestras es posible conseguir todo lo deseado.Actuando con humanidad siempre tendrá una segunda, tercera o incluso cuarta oportunidad.