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LOS CABALLOS DE HITLER
En 2014, el ‘detective del arte’ Arthur Brand es convocado por su viejo amigo y mentor Michel Van Rijn (un antiguo traficante de antigüedades reconvertido, supuestamente, en colaborador encubierto de Scotland Yard), para pedirle que se encargue de un caso: la puesta a la venta de dos caballos de bronce, de tres metros de altura, que habían estado frente a la Cancillería del Reich. La hipótesis de partida es que se trata de una falsificación que algún personaje relacionado con los círculos neonazis intenta vender para financiar sus actividades clandestinas y subversivas. Pero Arthur Brand pronto descubre que pueden estar tras la pista de las verdaderas estatuas que, lejos de haber sido destruidas como siempre se había creído, estarían ocultas en algún lugar.
Críticas:
El Indiana Jones del mundo del arte, Daily Terlegraph
Se lee como una novela de John Le Carré, Nieuwsuur
Olvida la película The Monuments Men, en la que George Clooney salva el arte de manos de los Nazis. El modo en que se recuperaron dos gigantescos caballos de bronce de la colección personal de Hitler –con la intervención de generales rusos y descendientes de nazis– es mejor que una película ― Het Nieuwsblad