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LOS LIMONEROS TAMBIÉN RESISTEN LAS HELADAS
Lluvia tiene tres secretos y un sueño El verano de 1995 comienza como cualquier otro. Entre las tardes en la piscina, las noches inundadas por el sonido de los grillos y el aroma de los limones, los minutos pasan deprisa. Hasta que llega el día que todos ansiaban: la acampada cerca del embalse que marca el fin de las horas de sol, tradición que mantienen desde hace cuatro años. Pero esta vez tendrá un sabor agridulce: todos comenzarán el último curso en el instituto y saben que no volverán a vivir un verano igual. Lluvia es la persona más alegre de Valdesa, el pequeño pueblo donde ha vivido toda su infancia. Ama a su abuela Gracia por encima de todo y le encantan las noches de agosto. A pesar de ello, algunos la miran con desconfianza, como si supieran algo que a Lluvia se le escapa. Como si nadie comprendiera qué se esconde bajo su apariencia caótica. Por suerte, Lluvia siempre ha contado con la amistad incondicional de Paula y Lucas, el cariño de su familia, las historias de Gracia y la compañía del limonero, el guardián de la casa. Ante un futuro incierto, los conflictos de la adolescencia y la necesidad de buscar sus propias respuestas, Lluvia inicia el último curso en el instituto. Para encontrarse a sí misma, tendrá que tomar decisiones importantes y deberá aprender a despedirse de su pasado.