“Quiero avisar al lector de que tiene en las manos una obra de textos veloces, eléctricos, con palabras que parece que estén disputando un sprint, textos que son a la vez alegres y tremendos. Aconsejo su lectura, pero advirtiendo de su intensidad. Tengan cuidado los lectores impresionables. Palos de ciego debe leerse, en primer término, como la reunión de artículos que Pedro González de Viñaspre fue publicando semanalmente en el periódico Diario de Noticias de Álava; pero son textos que, una vez reunidos, adquieren un aire de novela. Contribuye a ello la homogeneidad de los espacios en los que discurre la acción, casi siempre Vitoria-Gasteiz. Pero es novela, sobre todo, por los personajes, siendo el más importante de ellos Horacio, y el segundo en liza, “Zapa”. Horacio: un hombre que se pasea chocando con la realidad y reaccionando ante la cursilería, las actitudes conformistas, los tópicos casposos, el aburrimiento y, por encima de todo, contra la injusticia”. Bernardo Atxaga