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MALA VIDA
Ezequiel Montes tiene la vista puesta en la jubilación de su puesto como funcionario de Correos. Su existencia es ordenada para él y monótona a ojos ajenos. Es un marido aburrido, un padre ausente y un buen amigo con el que compartir un partido de Champions. Rechaza todo aquello que no se ajusta a sus cerradas creencias y convicciones y está seguro de estar en posesión de la verdad absoluta. Es precisamente en una tarde de fútbol cuando su mujer, Carmen, harta de su actitud, decide vengarse de él ideando una pequeña venganza «líquida» que devendrá en un fi nal inesperado: Ezequiel caerá contra el bidé del baño y se dará un terrible golpe en la cabeza. Sin embargo, esta desventura solo es el principio. Ezequiel despierta en la antesala del cielo donde es recibido por el anfitrión menos esperado: Dios. Pero no viene para abrirle las puertas del cielo, sino que lo hace para darle un ultimátum: o escoge el camino de redención que le propone o lo manda derecho al infierno. Deberá vivir otras vidas durante un espacio corto de tiempo y superar los desafíos que se le presenten en cada una de ellas. Ezequiel acepta, ahora bien, no tendrá en cuenta que las existencias por las que tendrá que transitar para superar la prueba del Todopoderoso chocarán de frente con todo lo que creía bueno y correcto. Ezequiel se convertirá en una madre de familia numerosa, un joven profesor de bailes caribeños, un anticuario sexagenario y una meretriz no del todo desconocida. En este peregrinar como «okupa» espiritual tendrá encuentros esporádicos con Dios que intentará abrirle los ojos sobre su verdadero yo y le dará pistas de cómo finalizar cuanto antes con su viaje para acabar vivo o muerto, pero salvado.