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MALLORCA DIOSAS DE CUERPO Y ALMA
Los indios de Norteamérica pensaban que las fotos les robaban el alma. Eso es lo que hace especial el ojo de Pere Colom. Cada abertura de diafragma de su cámara capta la esencia de las personas… como el diafragma pulmonar, que es donde colocaban el alma los griegos. En esta ocasión le pone género a esa esencia: capta el alma de la mujer mallorquina. Esa que es madre, eterna, trabajadora, herida y curada, y valiente. Para eso necesita la pureza máxima: el cuerpo desnudo. Solo así, eliminando pistas, uniformes y clases llega al espíritu mismo. La mujer mallorquina nacida en cualquier parte del mundo, mestiza, arraigada y voladora, que Pere Colom capta en sus negativos para tenerla para siempre así… y luego dejarla volar. Para hacer esas almas eternas, convertirlas en diosas, omnipotentes, omnipresentes. A la altura de Helmut Newton o Robert Mapplethorpe, Colom vuelve a colocarse tras el visor para hacernos este regalo, estas 75 fotografías, muchas de ellas en blanco y negro, que nos explican y enseñan el alma de la mujer de nuestro siglo. “Ser sensible no significa que llore por todo. Todos piensan que mi sensibilidad es una debilidad pero gracias a ella he madurado, crecido i aprendido a ser mejor. Hacerme daño no es tan fácil como piensan, y sin esconder ni un ápice de mi persona, puedo decir que soy fuerte” CATALINA AGUILAR AMENGUAL Ventiséis años. Padres mallorquines. Camarera.