Malos poemas es un conjunto de 108 textos cuyo número final no es casualidad. Como señala la escritora Marta Sanz en el prólogo de la obra que tienes entre las manos: «La sinestesia nos aproxima a la realidad. Cruzar las sensaciones para ver de otra for-ma. Luján escribe sinestésicamente porque escribe para comprender. Escribe desde el gusto por la abstracción y, a la vez, desde la temperatura de lo tangible: escribe desde la cadencia del mar que expresa libertad frente a la retícula de lo cotidiano. Con la sal se escribe, pero también se escribe desde la imposibilidad de separar el amor de la factura de la luz y la discrepancia, desde el precio, una reparación, una reclamación que se hace por teléfono, la vocación docente, un alumno que te explica qué es un crush y te ayuda a ver mejor tus canas… Algunos poemas de este libro hablan desde el interior de su propia lógica lingüística, mientras otros remiten hacia el exterior de una realidad común que enfocada desde el prisma literario se nos aparece como extraordinaria. En el movimiento lírico de dentro hacia fuera y de fuera hacia dentro Ara Luján expresa la candencia de la vida. Sístole y diástole. También la posibilidad de conocer traspasando umbrales para regresar luego a casa. O al mismísimo centro del ombligo». Los malos poemas suelen construirnos cuando paramos a reflexionar una tarde cualquiera.