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MÁS CONTRADICIONES QUE CERTEZAS
Lo que Stanislavsky intuía a partir de la observación de sus actores a principios del siglo 20, ahora, la neurociencia viene a explicarlo desde un punto de vista científico. Como dijo Peter Brook «la neurociencia ha empezado a comprender lo que el teatro ha sabido desde siempre».A partir de esta idea Javi Luna ha centrado su trabajo e investigación de los últimos años. Al estudio de los grandes maestros de la interpretación ha unido el estudio de algunos de los nombres que más importancia están cobrando en el mundo de la neurociencia (Antonio Damásio, Giacomo Rizzolatti, Ignacio Morgado, Nazareth Castellanos o Mariano Sigma). Pero siempre desde un punto de vista práctico y experimental, usando sus clases como laboratorio donde «testar» cada una de las conexiones que intuía entre estos dos mundos. Un viaje fascinante, que le ha llevado a entender el porqué de muchas de esas cosas que los actores y los directores hacemos o decimos, sin saber muy bien el por qué. El resultado es un estudio muy práctico y lleno de ejemplos concretos. Cuestiones como la memoria, las neuronas espejo, las emociones y los sentimientos, el proceso de identificación personaje/actor/espectador, la creatividad, la imaginación y la intuición; explicados y dirigidos al servicio del arte actoral. Todo con el fin de dotar al interprete de unas herramientas concretas, que le den seguridad y confianza. En nuestro cerebro está la base de nuestro comportamiento (de nuestras emociones y sentimientos), entendamos cómo funciona, y tal vez podamos comportarnos (emocionarnos y sentir) como lo haría nuestro personaje.