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MEMORIAS DEL VIEJO IMPERIO
La desintegración del imperio español en el continente americano afectó a dos potencias europeas con especial intensidad. La primera de estas fue, evidentemente, la propia España, que pasó de ser una monarquía intercontinental a un Estado peninsular con posesiones insulares. La segunda de ellas fue el imperio británico, cuya política exterior tanto se había esforzado por emancipar a los dominios hispánicos e incorporarlos a su esfera de influencia. Memorias del viejo imperio analiza el impacto que tuvo la experiencia de la desintegración del imperio español en el pensamiento político de España y el Reino Unido durante la época transicional que siguió a las revoluciones atlánticas (1824-1850). Con ello pretende diseccionar los ejercicios de mitificación del pasado ultramarino de la Monarquía española, así como las interpretaciones que se hicieron de los desarrollos republicanos sobrevenidos en Hispanoamérica tras el cisma revolucionario. La obra explica cómo la memoria ideologizada de la crisis imperial se constituyó, tanto para los intelectuales españoles como para los británicos e irlandeses, en un ámbito estratégico de producción de saberes, de mitos aglutinantes y de expectativas geopolíticas. Dichos saberes, mitos y expectativas no tuvieron una naturaleza netamente consensual: no hubo una memoria española ni una interpretación británica de la crisis imperial. Más bien nos topamos con un caleidoscopio de visiones polémicas que, sobre los sustratos, generalmente compartidos, del romanticismo, el nacionalismo y el imperialismo, respondieron a los diversos proyectos ideológicos de absolutistas, moderados, progresistas, demo-republicanos, socialistas, whigs, tories y radicales. Se espera que el libro contribuya a esclarecer la importancia que tuvieron las emancipaciones hispanoamericanas en la forja de las culturas políticas de ambas monarquías.