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MODERNIDADES REGRESIVAS
El mito de la globalización se tambalea. En la sociedad abierta asentada en los ideales de la transparencia, la comunicación y la democracia surgen perfiles inesperados e inquietantes. La pulsión reactiva y esencialista se abre paso en nuestro tiempo, devolviendo a la modernidad al punto de partida del que siempre ha querido distanciarse: la violencia. Esta arraiga en el imaginario de la modernidad tardía. Ya no surge de una racionalidad expansiva y de sus expresiones tecnocráticas relatadas por la filosofía y la sociología contemporáneas. En el actual modelo de la sociedad de las singularidades,expuesto por Andreas Reckwitz, la imagen victoriosa del capitalismo estético y de valores como la autorrealización, la exploración personal, la expresividad, la tolerancia, entre otros, se ve contestada por los sectores perdedores de la sociedad, que no se ven representados por esa imagen del mundo triunfante. La indignación se abre paso. La precariedad social, el malestar generalizado y la incertidumbre y la desprotección crecientes promueven climas y ambientes en los que se anuncian nuevos salvadores y redentores. Sus recursos no son la deliberación y el consenso sino la radicalidad y el populismo.