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MONASTERIO
Agotados tras quince horas de vuelo, dos jóvenes guatemaltecos esperan sus maletas en el aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv. Han llegado para asistir a la boda en Jerusalén de su hermana pequeña con un judío ortodoxo de Brooklyn. Mientras que muchos buscan en Israel una tierra prometida, el narrador de Monasterio, que se define como «judío, a veces», se sorprende descubriendo el país con un malestar creciente. El azaroso rencuentro con una sensual israelí, a la que había conocido años antes en Antigua Guatemala, le obligará a enfrentarse al lugar y a la historia de su propia familia.
A medio camino entre novela y autobiografía, en un tono tan sencillo como lírico, Monasterio es un viaje conmovedor e intenso a las profundidades de la identidad, la intolerancia religiosa, y los límites y ficciones que el hombre usa para entenderse y sobrevivir.
Una nueva pieza de la constelación literaria iniciada con El boxeador polaco y continuada con La pirueta, que el periodista Suresh Menon calificó como «uno de los más emocionantes proyectos literarios en curso».
«Se trata de una novela breve tan coherente y precisa como profunda, en mi opinión uno de los buenos textos que la literatura en lengua castellana ha dado este año.»Nadal Suau (El Cultural)
«El tema, en definitiva, de Monasterio es una valiente reflexión sobre la intolerancia religiosa y sobre la salvación, en su doble sentido, divino y secular.»Matías Néspolo (El Mundo)
«De regreso de Zaragoza, leo en el tren un breve libro, pero maduro y magnífico, de Eduardo Halfon, ‘Monasterio’ (Libros del Asteroide), que habla de la identidad y de la memoria, y de que los cuerpos son álbumes de recuerdos y territorios de aventuras. La literatura del guatemalteco Halfon siempre deja el efecto de una ramificación asombrosa, porque indaga en su pasado familiar desde hace ya muchos libros, consecutivamente. (...) Lo admirable de Halfon es que, vistos sus libros en conjunto, está encadenando una gran novela personal, al ofrecer en todos un final abierto, como un ‘continuará’ permanente con el que crea el puzzle insólito de su familia. Por eso es uno de los mejores escritores latinoamericanos de hoy.»Adolfo García Ortega (El Norte de Castilla)