En busca de los significados de una X incógnita que aparece en el extremo derecho inferior del Guernica, sobre la pared del edificio que arde, el autor de este ensayo escrito como una novela comprueba que Picasso fue pintor en sus mujeres y que gracias a ellas creó una obra extraordinaria. Con otras compañeras a su lado su pintura habría sido diferente. Picasso era un artista doméstico, subjetivo, que pintó su vida íntima como quien escribe un diario, y cuando agotó la inspiración que le proporcionó cada una de sus amantes no dudó en cambiar de compañera para continuar creando una obra nueva. Destruyendo Picasso creaba, de modo que aprovechó el sufrimiento de sus mujeres para inspirarse y pintar cuadros mejores. Así arrastra la fama de haber sacrificado a compañeras, amigos y familiares en los momentos más delicados, en beneficio de su creación. Sin embargo su obra hospeda un humanismo deslumbrante, es un canto sobrecogedor a la vida, al amor y al desamor de sus amigos y compañeras. Este ensayo descubre al fin que el Guernica está vivo y evoluciona; que coexiste en un perfecto paralelo con la política española. Desde que fue pintado se refleja en ella como en un espejo.