Según Calvino, la literatura tiene dos caras fundamentales: la continuidad de la vida y la indefectibilidad de la muerte. Los poemas que componen este libro no escapan a esa añosa tradición literaria, que es abordada partiendo de una serie de contradicciones y paradojas. La ambigüedad, los matices y las oposiciones de nuestro lenguaje, creencias, conocimiento y valores son elementos profundamente humanos en los que también residen dolores y placeres, culpas y redenciones. De acuerdo con una fórmula medieval, ex contradictione sequitur quodlibet (de una contradicción se sigue cualquier cosa). En consecuencia, en la lógica clásica las contradicciones no son aceptadas. La lógica paraconsistente, en cambio, renuncia a la validez general e incondicional del principio de no contradicción, por lo que ve a las contradicciones con ojos diversos. De allí toma su título este libro: Paraconsistencia.