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PASAJEROS
Pasajeros comienza con una explosión (Ciencias inexactas), que relata el (des)orden que fue el Big Bang. De ahí surgió todo: lo preciso, y lo impreciso; lo que podemos contar y lo que no; lo que es estático (Metros cuadrados de superficie) y lo que es dinámico (Pasajeros). Y al final, como siempre, vendrá la muerte. Pero antes de enfrentarnos a ella tendremos que lidiar con la incertidumbre de saber qué permanecerá y qué no (Cenizas). El poemario concluye con una pequeña sección, a modo de Germen o esperanza, que nos habla de la herencia que dejamos en nuestros hijos, y del propio camino. Por eso el último poema («Un poema que atraviesa la vida») está formado por versos y fragmentos que aparecen desordenados en otros poemas de Pasajeros.