Haz clic en la imagen para ampliarla
PROLEGOMENOS DE LA NADA
Creo que no hay nada tan contrario a la deriva de los tiempos que corren que escribir poesía. Hoy triunfa la superficialidad, la fugacidad y el ruido. Y la poesía es todo lo contrario, profundidad, eternidad y silencio. Por ello hay tan poco espacio para degustarla, para saborearla, para amarla. La poesía es para mí un sereno y sosegado grito de incomprensión ante todo lo que ocurre alrededor. Empezando por la propia vida. A veces siento todo lo que me rodea tan extraño que sólo surgen preguntas, que algunas veces, diría casi siempre, no tienen una respuesta. Lo más parecido a una respuesta es la poesía. Es una puerta entreabierta que invita a traspasar al otro lado de una realidad que sólo podemos intuir. Es asomarse al abismo. Quiero reivindicar la poesía como un instrumento necesario de acercamiento a la vida contemplativa, a la inacción. Hoy se valora la vida agitada, los viajes continuos, los horarios apretados, las agendas abarrotadas, el ritmo frenético. La continua actividad tiene el efecto de que no permite pensar, reflexionar, sentir y soñar. Por ello, aunque sólo sea por un rato, os invito a adentraros en una isla de sosiego y tranquilidad y a que compartáis conmigo estas poesías que pretenden pellizcar la mente y el alma del lector. Si lo consigo quedaremos satisfechos los dos.