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QUE ME VAYA MAL
El dolor es tan solo la puerta de entrada de aquella mansión que alberga a nuestro enemigo más oscuro, el odio. Eso que nos consume y nos transforma en bestias sedientas de ahogados versos y despechados besos. Perder me hizo ganar unas alas que abato con gran libertad, pues en esta segunda fase de mi duelo sigo luchando por encontrar la paz. No hay mayor veneno que la poesía, pues al mismo ritmo que un poema salva mi vida... cada nueva palabra me resta un día.