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RETAZOS DE MEMORIA
Las personas somos nuestra memoria y nuestros recuerdos… y por ello, es preciso conservarlos para seguir siendo nosotros mismos. Y está en mi ánimo rememorar para todos los lectores unos hechos únicos e irrepetibles para mí, junto con una serie de reflexiones fruto de las impresiones personales extraídas de esas mismas experiencias plagadas de luces y claroscuros. Experiencias vividas por el que suscribe estas páginas en una confluencia espacio-temporal pretérita. Una serie de recuerdos dulces y amargos. La evocación de nuestra humilde y particular bohemia de unos años pasados que ya nunca volverán. Todo ello, sin la menor intención de incurrir en la nostalgia y la melancolía. De una y otra, tomaremos lo justo para mantener el equilibrio emocional y dejar constancia escrita de unos hechos, cuanto menos curiosos, acontecidos durante unos episodios de mi inquieta existencia. Escribo estas páginas guiado por el único afán de evocar lo que tiene de positivo como lección de vida y conocimiento empírico. Y evitar así, caer en la falacia que asegura «Cualquier tiempo pasado fue mejor». ¿Mejor, peor? Simplemente un tiempo diferente… Otro tiempo. «La vida no es la que uno ha vivido, sino la que uno recuerda». (G. García Márquez)