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SEÑUELO
El poema no es un problema, ni una ecuación a resolver. No intentes buscar sentidos ocultos ni pseudo misterios. Deja al poema resbalar como música, deja al nudo de palabras buscar su eco en nosotros, como un radar, peces libres patinando entre las olas. Despoja el cinturón a las palabras, que jueguen, lascivas ahora, temerosas luego, que sean bosque ahora, madre después, humo, reloj, navegante… Un alfabeto sin normas, en re mayor o re menor, a fuego vivo o lento… Acoge las palabras como vienen, sin pedirles nada a cambio.