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SÍ, SOY UNA LAGARTIJA
La lagartija, tras haberse quedado apaciblemente dormida, despierta en el castillo de arena. Piensa que todo ha sido un sueño, que sigue siendo un monstruo horrible. Pero cuando abre los ojos ve a un ser igual a ella, pero de distinto género: un lagartijo. Pronto se enamoran, y tiene muchos hijos con los ojos rojos. Como son muchos, ahora nadie se atreve a meterse con ellos. Y pronto las lagartijas de ojos rojos conocerán a otras lagartijas de ojos negros y se enamorarán. ¿Quién será capaz de distinguirlas entonces?