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SI NO PODEMOS VIAJAR A LA VELOCIDAD DE LA LUZ
El miedo a la muerte, la pérdida de memoria, las dificultades de la maternidad… Kim Cho-yeop escribe sobre mundos futuros, pero sus reflexiones pertenecen al presente.
El mundo futuro se parece al nuestro, pero algo falta. Los relatos de Si no podemos viajar a la velocidad de la luz suceden en mundos en los que el pragmatismo y la eficacia rigen la sociedad. La tecnología está presente en cada aspecto de la vida y las grandes cuestiones científicas han quedado resueltas. Los humanos pueden diseñar embriones, comunicarse con seres de otros planetas, acumular memorias digitales, simular realidades pasadas o comprar emociones de cualquier tipo.
Pero entonces, ¿por qué cada protagonista de estos cuentos persigue sus propias respuestas? ¿Es el progreso un aliado para comprender qué nos falta o es un agente que contribuye al clima de desaliento que recorre estas historias? ¿Debemos conformarnos con una vida funcional si está desprovista de amor?