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SIEMPRE NADA
La palabra indaga, busca, reconstruye. Cuando ceden las certezas, ¿qué es lo que queda? Cuando llega la noche y la ciudad se aleja, recogido en el cuarto, ¿quién es quien siente y piensa? Revisar la experiencia cotidiana puede llevarnos al vértigo del abismo y, al final, buscándolo todo encontramos la nada. Solo la palabra sigue un rastro de vida, une las piezas de todo lo que queda y reconstruye al propio escritor. ¿Son estos versos de salvación o derribo? Son una búsqueda necesaria. Son un peso del yo que se desborda