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SILENCIOS Y CICATRICES
Volví a mi pasado. Todo estaba igual, pero ahora ya nada era lo mismo. «¿En cuántos silencios ahogaste las heridas que hoy no sangran, pero duelen si las tocas? ¿De cuántas cicatrices te adueñaste sin ser completamente tuyas? ¿En cuántas se refugia aquella versión inocente que un día bailaba descalza? De las heridas solo nos salvaron los silencios con los que nos conocimos a nosotros mismos. Aunque a veces en el proceso nos perdiéramos por el camino. Aunque en el viaje nos quedáramos sin voz y ya no supiéramos qué teníamos qué decir. Entonces, un día, dejó de doler. Y renaces. Aun muriendo tantas veces. Y todas ellas te convirtieron en quien eres».