Con motivo del IV centenario del nacimiento de Blaise Pascal, el Papa Francisco rinde homenaje y pone en evidencia el pensamiento y la vida de este hombre insigne, filósofo, teólogo y científico francés que siempre se mostró «inquieto», atraído por nuevos y más amplios horizontes, en la búsqueda de la verdadera felicidad. Hombre de mente privilegiada, Blaise Pascal supo conmover a todo el mundo por sus propuestas en diversos campos de la ciencia, pero aún más por ahondar de manera admirable en la condición humana (en su grandeza y en su miseria). Tanto así, que hoy sigue siendo para nosotros un excelente modelo en la búsqueda de la verdadera plenitud y, según el don de la fe, nuestro compañero en el reconocimiento humilde y gozoso del Señor muerto y resucitado.