María Monvel es la gran figura silenciada de la poesía chilena de comienzos del siglo XX, pese a que su talento alcanzaba tales cotas que Gabriela Mistral la equiparó a Alfonsina Storni por la riqueza de su temperamento y a Juana de Ibarbourou por su espontaneidad. Su lírica, de aparente candidez y que emplea con frecuencia anáforas y aliteraciones, esconde una contundencia arrolladora y fue admirada por su fervor emocional y su vibrante musicalidad. Publicada en 1934, Sus mejores poemas es una meticulosa selección de composiciones llevada a cabo por la propia Monvel, quien quiso con esta obra reflejar sus distintas etapas como poeta. Hallamos poemas de un primer período donde la afección amorosa vertebra sus versos, embebidos de una frescura juvenil. Posteriormente emerge una Monvel más madura, ya madre, en la que aflora la desazón. Finalmente, en un tercer grupo de poemas marcados por la honradez, explora su propia identidad a través de cuidadosas metáforas. Era de justicia que Averso Poesía reeditara por primera vez en España esta antología para recuperar su figura, pero también para mostrar que Monvel no es la poeta frágil que la historia ha desdibujado, pues su lírica —entre flores magenta— atesora brillantez e incluso hostilidad, conservando toda su capacidad para impresionarnos.