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TEJER LA OSCURIDAD (MAPA DE LAS LENGUAS)
«Las ficciones de Monge son la metáfora exacta de la locura del mundo».
The Observer
Todo, tal y como lo conocíamos, ha cambiado. El calor es agobiante, se ha agrietado el cielo y la geografía es otra. La humanidad, además, se ha duplicado. Entonces se desata una guerra global entre fuerzas iguales cuya clave parece que son las niñas y los niños de los orfanatos. En una de esas instituciones comienza la más arriesgada y madura de las novelas de Emiliano Monge.
Tejer la oscuridad es una distopía que reinventa nuestros mitos y desentraña nuestra idea de individuo y colectividad, mientras nos cuenta la liberación de un grupo de muchachos, así como su diáspora acompañados de su descendencia, atravesando un mundo desolado, huyendo de incansables perseguidores y buscando el lugar que les fue prometido, donde podrán rendir culto a sus dioses, enhebrar un nuevo lenguaje y habitar la oscuridad.
Cruzada por un sinfín de voces, Tejer la oscuridad presenta la eterna lucha entre el nosotros y el yo, deja que resuene en sus páginas el eco de libros antiguos y de diversas formas de escritura olvidadas, y permite al lector imaginar otra forma de entender el tiempo, el espacio, la materia, el amor y la amistad.
La crítica ha dicho...
«Las ficciones de Monge son la metáfora exacta de la locura del mundo.»
The Observer
«El paradigma de una nueva literatura.»
El País
«Una escritura que es un compendio de humanidad.»
Le Monde
«Emiliano Monge es como McCarthy y Bolaño: su lenguaje, elegante y sombrío, llena de matices la violencia, el alma de los personajes y la geografía.»
T. Bunstead, The Times Literary Supplement
«La literatura de Monge es capaz de cambiar el sentido de la realidad. Hay que leerloy releerlo.»
Francesca Lazzarato, Il Manifesto
«Las historias que Monge nos cuenta capturan al lector con una fuerza que todo lo aplasta, hasta al lector mismo.»
Philippe Ollé-Laprune, Reforma
«Si alguien tiene que contarnos el fin del mundo, ese es Emiliano Monge. Su potencia técnica, su brillante dardo narrativo. Siempre acaba abriendo los cielos.»
Lara Moreno