Haz clic en la imagen para ampliarla
TEMPORAL
La palabra como ave huidiza, como accidente de la naturaleza colándose en tromba por las veredas de la existencia; rescoldo de la infancia o testimonio de la convulsa entrada a la vida adulta; sosiego y temor a un tiempo, deseo, protección o rebelión de mar embravecido frente al envilecimiento de una falsa o temerosa conformidad. Ángel Fernández Benéitez (Zamora, 1955) nos invita a acompañarle en este temporal sin puerto ni abrigo por el que aflora nuestra precaria facultad para nombrar la vida. Con su peculiar aliento clásico, conformado en títulos como Cuaderno de otoño, Blanda le sea, Memoria del ave encanecida o Siete cartas, el poeta se atreve a alzar la voz en nombre de todos; a hacer de la intemperie individual un único estado de conciencia, lúcido e irreductible.