Es este poemario un viaje en el tiempo a través de los agujeros negros del universo más personalista del poeta. De los tiempos de WhatsApp a cuando aquella mujer planchaba primorosamente solo distan algunas estrofas y mucha vida ya sentida. El poeta es, en efecto, «lo que le queda por vivir», pero no renuncia a un pasado vivido que evoca a través de texturas, luces, colores y olores descritos con la suavidad de un pincel que barniza palabras. Los poemas eclosionan sin forzar las palabras ni las formas; a veces sin conclusión estéril ni moraleja. Son poemas nuevos que se rebelan contra las formas clásicas de la poesía dulzona. Renuncian a la rima y a tropos innecesarios para avanzar en su propio universo sin más limitación que la del tiempo. La temática se hace plural a medida que el poemario avanza y es capaz de abarcar todo aquello que, sea cual fuere el momento, haya dejado sentimientos dignos de ser recordados, escritos y compartidos. La soledad también se hace presente, sin tratarse del clásico lamento del poeta, que sabe de la soledad y sabe cómo transmitirla sin miedo, con cierta ironía. Todas aquellas palabras es un poemario redondo, sobrio, personalista y generoso en el que el autor comparte su niñez, sus reflexiones, sus amores y una soledad amiga constante. Poemas valientes sobre los que trascender a través del tiempo pasado y a pesar del presente y el futuro.