Haz clic en la imagen para ampliarla
TRISTEZA INFINITA
En su ensayo El error de Descartes, Antonio Damasio explica (2006) cómo las emociones y sentimientos son un componente integral de la maquinaria de la razón. Explica también el concepto de «sentimientos de fondo», aquellos sentimientos que se originan en estados corporales «de fondo» y no en estados emocionales. El sentimiento de fondo es la imagen que se crea en nuestro cerebro del paisaje de nuestro cuerpo cuando no está estremecido por una emoción inmediata; podría asimilarse al concepto de «estado de ánimo» o de «talante» —bueno, malo o indiferente—. El planteamiento del presente ensayo ha estado obsesivamente presidido por esta pregunta: ¿cuál es para el animal utilizado por el hombre, el animal prisionero desde su nacimiento en condiciones antinaturales, el sentimiento de fondo —el estado de ánimo, el talante— que experimenta al estar condenado inexplicable e irremisiblemente a una frustración profunda ajena a su naturaleza, desde su nacimiento hasta su muerte? Tristeza infinita es la mejor respuesta que el autor ha sabido encontrar a esta pregunta. Sin embargo, si resulta obvio que la relación del hombre con el resto de los animales debe desterrar prácticas dañinas, la reflexión sobre el mundo animal nos permite llegar más lejos: nos lleva a la reflexión sobre la salud del ser humano y sobre el sostenimiento del planeta. El movimiento animalista lo resume con sencillez: «Dejar de tener una dieta basada en el consumo cárnico es bueno para nuestra salud y es bueno para nuestro planeta».Todavía más lejos puede llegar la reflexión sobre el mundo animal: a vislumbrar unas nuevas relaciones económicas globales, adecuadas a las exigencias y las posibilidades del siglo xxi, una nueva economía capaz de combinar la reducción de las desigualdades con la sostenibilidad medioambiental.