En esta segunda entrega de Ushijima, el usurero Shohei Manabe nos ofrece dos arcos narrativos completos. Uno consiste en una entrañable mirada a las relaciones entre chicos gays que trabajan para el usurero. En el otro podremos asistir con meticuloso detalle a un episodio en el que Ushijima es arrestado e interrogado en comisaría por la policía japonesa. La crudeza del día a día de un usurero de los bajos fondos y de las vidas rotas a su alrededor, con un nivel de realidad pocas veces visto hasta ahora en las páginas de un manga.