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YO TAMBIEN NO TENGO PIERNAS
Por el cuerpo de este libro de poesía pasan las películas de una de las cinematografías más altas; Akira Kurosawa. Profundidad, limpieza estética para expresar las distracciones, el dolor de golpes fieros, de la vida. Sin embargo, no es un libro que glosa películas. Un libro que saquea o trasvasa desastres y ternuras de un género a otro género artístico. Tampoco debe confundirse con la materialidad que escogió su autor para hacerlo visible; las cartas de una muchacha atenta al cine y a las inclemencias de la vida. Invenciones necesarias de la estética. Se trata no sólo de la insinuación de un portento en la obra de un poeta que crece en el saber y en el talento. No sabemos todavía cómo ha conseguido hacer que convivan la piedad, el dolor y la belleza. Ni cómo ha arribado a uno, tal vez el principal de los inconvenientes intraducibles del hombre. No poder caminar avenido por la tierra. Yo también no tengo piernas. JOAQUÍN PEÑA GUTIÉRREZ